El sistema financiero mexicano se encuentra ante un reto donde es crucial involucrar a los agentes económicos para mejorar y promover el sano crecimiento y desarrollo de la economía, misma que se ha visto afectada por factores internos y externos en un contexto sumamente condimentado, por ingredientes como la pandemia, presiones inflacionarias y ajustes en la política monetaria. Partiendo que el sector financiero capta recursos de los inversionistas y los transfiere a los entes productivos ¿Qué tan importante debería ser tener inversionistas plenamente calificados? ¿Qué rol tienen los asesores financieros en este punto medular para la buena asesoría y selección de activos que faciliten la transferencia de estos recursos?
Y es que si aspiramos a gozar de un sistema financiero sano necesitamos promotores de valores plenamente calificados, aptos para identificar las necesidades de los inversionistas y trasladar recursos a los activos que cubran dichas necesidades, satisfaciendo la demanda de los emisores para financiar proyectos de inversión los cuales incentivarán la economía mediante la creación de empleo, consumo, ahorro e inversión. No sería viable que un inversionista conservador tuviera posición de riesgo excesiva y tampoco que un inversionista agresivo tuviera únicamente posiciones en instrumentos a tasa fija, los recursos no se asignarían a los valores que por principio de aversión al riesgo debería ser, creando desmotivaciones para los inversionistas al no obtener el rendimiento deseado acorde al riesgo asociado.
Pensemos en un inversionista que invierte en pagarés bancarios a tasa fija y que debido a las recientes subidas de tasa de interés piense que su dinero rinde mejor sin necesidad de recurrir a instrumentos riesgosos. Considerando esto pensaríamos que es correcto, sin embargo, al agregar la variable inflación nos daríamos cuenta de que no necesariamente es así, ya que la tasa de interés es una variable que la política monetaria modifica para controlar de cierto modo los efectos inflacionarios. Ejemplificando, la tasa cete28 vigente es de 5.20% mientras que la inflación publicada al 1 de octubre es de 6.24%, esto nos daría una tasa real negativa y demuestra que una subida de tasas no necesariamente beneficia a los inversores a tasa fija. Mientras la tasa se mantenga fija durante el plazo y la inflación tenga modificaciones el capital invertido rendirá de forma variable ya que el poder adquisitivo dependerá del efecto inflacionario. Con este razonamiento podemos pensar que todos los inversionistas a tasa fija aceptan rentabilidad variable de forma inconsciente. Entonces el tener inversionistas calificados y asesores aptos, permitiría entender más a detalle este y muchos factores más que al momento de invertir son esenciales, siempre entendiendo el perfil del inversionista, aversión al riesgo, horizonte de inversión, liquidez, edad y todas las variables dentro del ciclo de vida del inversionista.
Este esfuerzo de capacitación y certificación lo realiza la AMIB, sin embargo, es importante promover materias y cursos especiales que apoyen a este organismo con dicha tarea primordial, como es el caso de la Universidad Anáhuac Puebla y su diplomado “Estrategias De Inversión Bursátil”.
Y tú, ¿inviertes a tasa fija o renta variable?
Asesor banca privada