Permíteme compartirte que me encontraba al final del proceso de entrevistas cuando tuve que decidir entre los tres candidatos. No fue una decisión sencilla, pues cada uno de ellos mostraba fortalezas en sus habilidades, distinguiéndose por alguna experiencia en particular y probando capacidades que se requieren hoy en día. Finalmente, la balanza se inclinó hacia la persona que demostró una certificación que hoy por hoy se demanda a nivel mundial: la certificación como Six Sigma Green Belt.
Fue toda una experiencia. En nuestra organización teníamos iniciativas, algunas herramientas y muchas buenas intenciones; sin llegar a concretar nada. No tuvimos que esperar mucho, enseguida el nuevo “Green Belt” convocó a una reunión para comunicar los cambios que aguardaban a la organización con la implementación de una metodología probada, disciplinada y sustentada en cinco fases. Había incertidumbre, también respuestas y propuestas. La reunión concluyó con la conformación de un equipo multidisciplinario que llevaría a cabo el primer proyecto con esta metodología de mejora continua y que prometía cambios profundos en el proceso, la calidad y los costos. El primer cambio notable, fue la estructura definida de las actividades en los siguientes meses para poder llevar a cabo el proyecto: un cronograma con actividades, fechas, responsables, recursos y restricciones. A partir de ahí todo tomó un aspecto desconocido hasta ese momento para nosotros: me sorprendió el uso de datos, gráficos y estadísticos para tomar decisiones sólidas, llegar a la causa raíz y eliminar las reacciones de “apagafuegos” a las que estábamos acostumbrados. Los cambios en el proceso ahora se hacían con un análisis de regresión o diseño de experimentos, con lo cual se garantizaban los resultados sin sacrificar recursos, siempre escasos. Lo más interesante fue notar como hacia el final del proyecto las técnicas creativas para generar soluciones integraron al equipo en un ambiente de confianza y apertura, para poder concluir con estándares que garantizaban las mejoras implementadas a través del tiempo. La historia no concluye aquí, después de presentar los resultados, aprendizajes y siguientes pasos, estamos listos para: ¡lanzar el siguiente proyecto! Así es la mejora continua: imparable.
Así, si buscas potenciar tus habilidades, la Universidad Anáhuac Puebla, te ofrece el diplomado en Proyectos Lean Six Sigma Green Belt, con un enfoque de la mejora continua para la integración de equipos, que reten el “status quo” y lideren proyectos que mejoren la eficiencia de la organización, reduciendo los costos provocados por la variación en los productos, servicios o procesos.
Aurea Salazar