Como investigador en el campo de la educación, he observado la urgencia de una transformación profunda que abarque tanto los avances tecnológicos como las dimensiones humanísticas del aprendizaje. La digitalidad, especialmente la integración de la inteligencia artificial, IA, en los procesos educativos y una comprensión profunda de la emocionalidad y su interacción con el aprendizaje a través de la neurodidáctica, son fundamentales para el tipo de transformación educativa que necesitamos hoy en día.
La Inteligencia Artificial en mi práctica educativa
En mi experiencia, la adopción de la IA en la educación no solo representa una innovación tecnológica; es una ventana hacia nuevas formas de enseñanza y aprendizaje. Personalmente, he diseñado y aplicado estrategias didácticas empoderadas con sistemas de IA que favorecen la creatividad, la atención y el aprendizaje. Estas estrategias cambian el paradigma de una clase y ajustan los contenidos y ritmos de aprendizaje a las necesidades de los estudiantes.
Además, la IA ha liberado tiempo valioso en mi labor docente al automatizar tareas administrativas y evaluativas. Esto me ha permitido dedicar más tiempo a interactuar directamente con mis estudiantes, enfocándome en sus necesidades emocionales y cognitivas. Sin embargo, es vital que nosotros, los educadores, estemos bien capacitados para hacer uso efectivo de estas tecnologías, asegurando un enfoque ético y de pleno respecto a la dignidad humana; que complemente, y no suplante, la interacción esencial en la educación.
La emocionalidad en la enseñanza y el aprendizaje
Gracias a la investigación, sabemos que el aprendizaje es intrínsecamente emocional. Cada interacción educativa evoca recuerdos y sensaciones que pueden potenciar o inhibir el proceso de aprendizaje. Por lo tanto, es necesario fomentar un ambiente emocionalmente seguro y estimulantemente motivador en los estudiantes.
En el contexto educativo actual, la inteligencia emocional se revela como un pilar fundamental tanto para profesores como para alumnos. Para los educadores, la capacidad de reconocer y gestionar sus propias emociones, así como interpretar y responder adecuadamente a las emociones de sus estudiantes, es crucial para crear un ambiente de aprendizaje efectivo y empático. Esta habilidad les permite adaptar sus métodos de enseñanza para satisfacer las necesidades emocionales y académicas de cada estudiante, promoviendo un entorno más inclusivo y motivador. Por su parte, los alumnos con alta inteligencia emocional tienden a tener mejor desempeño académico, ya que están más equipados para manejar el estrés, la ansiedad y otros desafíos emocionales que pueden surgir durante su educación.
Fomentar la inteligencia emocional de manera integrada a las clases, prepara a los estudiantes para enfrentar con éxito las relaciones y desafíos profesionales de un futuro que ya está presente en un mundo VUCA y en nuestra sociedad BANI.
Neurodidáctica: aplicando la ciencia del cerebro en la educación
La neurodidáctica, una fusión de neurociencia y pedagogía, ha influido significativamente en nuevos modelos educativos. Este campo ofrece nuevas luces sobre cómo los procesos cerebrales afectan el aprendizaje y cómo podemos adaptar nuestras estrategias de enseñanza para alinearlas mejor con estos procesos naturales. Por ejemplo, la comprensión de los períodos óptimos de atención y la necesidad de pausas para consolidar la memoria han reformulado la estructura de mis clases, haciéndolas más dinámicas y efectivas.
Utilizando principios de neurodidáctica, podemos promover un aprendizaje más profundo y duradero. Esto incluye el uso de técnicas basadas en la visualización, la narración y la manipulación física de materiales, que están alineadas con cómo nuestro cerebro procesa mejor la información.
Desde mi perspectiva, la transformación educativa que necesitamos debe ser inclusiva, abarcando tanto las innovaciones tecnológicas como las humanísticas. La integración de la inteligencia artificial en la educación abre puertas inmensas para personalizar y eficientizar el aprendizaje. Al mismo tiempo, el reconocimiento de la importancia de la emocionalidad y la aplicación de la neurodidáctica son fundamentales para desarrollar prácticas educativas que no solo transmitan conocimiento, sino que también formen seres humanos completos y capaces.
El compromiso de la Universidad Anáhuac Puebla
En esta ocasión, propongo que la transformación educativa abrace completamente la complejidad de la vida humana y la profundidad del conocimiento, preparando a las futuras generaciones no solo con habilidades técnicas, sino con la sabiduría emocional y cognitiva para navegar un mundo en constante cambio. En este sentido, comparto el pódcast “Aprendizaje Digital” que se publica en el canal de Radio Anáhuac Puebla, de Spotify, para compartir contigo, amable lector, cuanto aquí expongo.
https://open.spotify.com/show/5Pv4e04ty2Xzs8yshaagMd?si=adcb60613c7147bc
En la Universidad Anáhuac Puebla impartimos la Maestría en Educación que, en realidad, son dos posgrados en un mismo programa. Nuestros estudiantes obtienen una especialidad y un grado de maestría, con clases en modalidad híbrida, es decir, presencial o a distancia.
¡Afrontemos juntos los desafío y oportunidades en materia de educación con un liderazgo de acción positiva.
Dr. Luis Villafán
Coordinador de la Maestría en Educación
Universidad Anáhuac Puebla