Las políticas públicas, en tanto son herramientas y acciones dirigidas para intervenir en grupos sociales, tienen una dimensión material y otra simbólica, las que inobjetablemente inciden en el cambio de las condiciones concretas de los individuos y en las formas de pensar la sociedad.
Entender la implementación de las políticas públicas, considerando específicamente su dimensión simbólica, implica dejar a un lado la visión del Estado como una maquinaria monolítica y de accionar coherente. Se trata de concebir al aparato estatal imbricado con la sociedad y a las políticas públicas como estrategias de contención de las demandas e intervenciones de los diversos sectores de la sociedad.
A propósito de los empeños de borrar la cultura machista devenida de siglos, la posición del Estado Mexicano ante este problema social pudiera exigirse a través de las mencionadas “políticas simbólicas”, con la determinación de que puedan influir y/o dominar las voluntades que diariamente se expresan sobre la violencia contra la mujer, en la que mujeres y hombres agrupados contra este flagelo, realizan ingentes esfuerzos para instar y persuadir en la voluntad de otros ciudadanos y alcanzar una conciencia colectiva que despoje de esos actos incivilizados.
Entendemos que el desafío del Estado está en clarificar el discurso político que en no pocas ocasiones se sustenta únicamente en lo establecido y buscar construir mediante coaliciones y compromisos, alejados de cualquier atisbo de populismo, la viabilidad de la acción pública para prevenir y sancionar las conductas transgresoras de la paz y la armonía social.
Si el Estado a través de una política pública busca posicionar o hablar en nombre de los grupos sociales que rechazan y se enfrentan a los actos de violencia contra la mujer, es necesario que establezca alianzas con aquellas agrupaciones que tengan un peso en la estructura social para así asumir simbólicamente su representación.
Esta es por ahora una de entre tantas soluciones que con voluntad el Estado Mexicano tiene que proponerse, si desea seriamente eliminar cualquiera de las formas en que se manifiesta la violencia contra la mujer.
Estos y otros acuciantes temas relacionados con las políticas públicas son estudiados a profundidad en la Maestría en Administración Pública con Especialidad en Políticas y Gestión Pública que oferta el área de Posgrados Anáhuac Puebla, enfocada en formar profesionistas con dominios teóricos y prácticos y en su caso aplicarlos en los asuntos público-gubernamentales en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas responsables e innovadoras, tal y como es menester hacerlo respecto al tratamiento que el Estado le da a la violencia contra la mujer.
Doctor e Investigador en la Universidad Anáhuac Puebla