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Algunos Apuntes Sobre El Currículo Integrado En La Educación Básica

27 de noviembre, 2023

Dentro de las reformas educativas llevadas a cabo en el presente sexenio, se ha desarrollado lo que se denomina como la Nueva Escuela Mexicana que, entre otras cosas, plantea un currículo integrado en la educación básica en el que los contenidos de las disciplinas se relacionan con ejes de articulación que vinculan el saber y el conocimiento con situaciones de la realidad, todo ello organizado en cuatro campos de formación.

Como en toda propuesta educativa, es imperioso analizar los retos que la misma plantea y evaluar nuestras capacidades ante ella. En primera instancia, es necesario entender qué es el currículo integrado. De acuerdo a Ortiz (2006), en el currículo integrado se busca que los temas urgentes y de gran valor que surgen de la sociedad puedan ofrecerse en todas las áreas académicas de una forma única y con sentido. En otras palabras, el currículo es organizado alrededor de los problemas de la vida real y de los asuntos significativos, tanto para los jóvenes como para los adultos, aplicando contenidos y destrezas pertinentes de muchas áreas temáticas y de las disciplinas.

     Esto significa que las tradicionales asignaturas como español, matemáticas, ciencias sociales, ciencias naturales, no se estudian por separado sino integradas alrededor de un problema real o un proyecto. Diversos expertos en educación han estudiado los beneficios del currículo integrado, entre ellos Ackerman y Perkins (2002), quienes señalan que la adquisición de destrezas de aprendizaje vitales aumenta significativamente, pues los estudiantes pueden darle sentido a los contenidos estudiados; además de que los profesores pueden trabajar unidos sin que los contenidos educativos y las metas de aprendizaje compitan unas con otras.


     Sin embargo, esta propuesta formativa no es carente de retos y críticas. Entre los retos que apunta Ortiz (2006) basándose en varias investigaciones está: es necesaria una cuidadosa planificación, para la cual muchas veces los maestros no están preparados; se precisa coordinación e integración entre los maestros; se requiere mucha flexibilidad y creatividad por parte de los maestros además de un tiempo considerable para trabajar juntos y los estudiantes necesitan guía y dirección para aprender las destrezas para este tipo de instrucción. Jacobs (2002) además apunta como crítica de algunos autores, que puede haber falta de conocimiento en las diversas áreas del contenido educativo y falta de claridad, por lo que recomienda utilizar ambas experiencias en el currículo: la interdisciplinaria y la basada en disciplinas con una estructura tradicional.

     La utilización de ambas experiencias curriculares; interdisciplinaria o integrada y basada en disciplinas, no será una realidad en México, prueba de ello es que los libros de texto gratuitos de español y matemáticas ya no se utilizarán, pues los contenidos estarán integrados también, es decir, se apuesta completamente al currículo integrado en todas las disciplinas. Este factor es preocupante pues en años anteriores, se ha demostrado mediante exámenes como PISA (Programme for International Student Assessment), que los estudiantes mexicanos presentan problemas en comprensión lectora y en matemáticas, especialmente aquellos que provienen de los hogares con un perfil socioeconómico bajo; lo que puede contribuir a agrandar las brechas socioeconómicas. Según datos de la OCDE (2021), en México, el porcentaje de niños ubicados en el cuartil inferior del índice de estatus económico, social y cultural de PISA que en 2018 alcanzaron al menos el nivel 2 en lectura en dicha evaluación fue 53% menor que el de los niños ubicados en el cuartil superior, lo cual representa un porcentaje mayor que el promedio de la OCDE de 29%.

     Otros elementos preocupantes en relación al currículo integrado es que, como se puede ver, los expertos señalan el trabajo en equipo de los maestros y la cuidadosa planificación, como uno de los factores centrales para el éxito de esta propuesta formativa. Para estos dos factores se requiere tiempo. Datos de la OCDE (2020) muestran que en promedio las horas de clase al año que un profesor debe impartir rondan en 989 horas en preescolar, 791 horas en primaria, 723 horas en educación media (secundaria). Sin embargo, en México, los profesores imparten 532 horas de clases al año en preescolar, 800 horas al año en primaria y 1 040 horas en educación media básica (secundaria). Lo que significa que teóricamente sólo los profesores de preescolar tienen una menor carga que el promedio en los países de la OCDE y por ende mayor disponibilidad para la planificación y el trabajo en equipo. Y quienes se encontrarían en una situación crítica para estos factores centrales, son los profesores de secundaria. Sin embargo, aquí es necesario investigar otros factores que puedan impedir o dificultar el tiempo de planificación y de trabajo en equipo de los maestros, no considerados en los estudios de la OCDE.

     Uno de estos factores puede ser la ratio profesor-alumno, esto quiere decir, el número de alumnos que debe atender cada profesor.  Datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) muestran que para ciclo escolar 2022-2023 hay 24 millones 109 mil 222 alumnos en educación básica. Y en contraparte, un millón 224 mil 351 profesores, lo que se traduce en una ratio alumno-profesor (promedio) de 19.7 estudiantes. Esta cifra ya es mayor si se considera que el parámetro establecido por la OCDE es de 14.5 alumnos por profesor y se agudiza cuando se señala que un mismo profesor puede ser contado tantas veces como el número de centros de trabajo a los que esté adscrito, por lo que, en realidad, puede haber menos maestros.

     Así, aunque el currículo integrado es una perspectiva de formación con alta potencialidad para el desarrollo de habilidades y aprendizajes, las condiciones en las que pretende ser implementado en México parecen no ser las más favorables. El hecho de que se apueste al currículo integrado como única vía de formación es preocupante, pues puede dar lugar a agudizar los grandes rezagos educativos. Por otra parte, es poco lo que se sabe sobre la formación de los maestros para su implementación, elemento clave para el éxito de la estrategia educativa.

     La educación como pilar del desarrollo de la nación, no puede estar sujeta a modelos educativos si éstos no se contextualizan, no se incluye a expertos en su conformación e implementación y no se integra a los maestros como protagonistas y no como receptores.

Referencias 

https://www.oecd-ilibrary.org/docserver/3a108d56-es.pdf?expires=1684871362&id=id&accname=guest&checksum=FEA1FE101D9137109EF0D5F9959E4055

https://www.oecd-ilibrary.org/docserver/de781390-es.pdf?expires=1684871773&id=id&accname=guest&checksum=B9FD6E30CC0A770EBB7240ABD73073B7

https://snte.org.mx/nem/

Ackerman, D., & Perkins, D. N. (1989). Integrating thinking and learning skills across the curriculum. Interdisciplinary curriculum: Design and implementation1(2), 77-96.

Ortiz Hernández, Evelyn. (2006). Retos y perspectivas del currículo integrado. Cuaderno de Investigación en la Educación21, 35-56.

Dra. Maribel CastañedaDra. Maribel Castañeda Muñoz

Coordinadora del Doctorado en Liderazgo y Dirección de Instituciones de Educación Superior